Hace un par de semanas, fue uno de los fines de semana largos, un día de lluvia, pasaba por ahí con mis hijas, ya arriba del San Antonio, vimos las bicis y las seguí hasta la pista (no sabía donde era) cuando nos metimos en la primera parte venían subiendo unos muchachos con sus bicis y de muy mala onda uno dijo, "buéh...ya empezaron" lo que me cayó bastante mal y cuando pasaron cerca le pregunte empezaron qué y se calló la boca.
Es una boludez, pero me dejó un gusto amargo. Primero porque no molestamos a nadie ni la bajada de nadie, segundo porque en lugar de sumar resta, resta al que se arrime, a la buena onda que debería tener el deporte, sobre todo si alguien se quiere arrimar y porque tampoco enseña a quienes no saben nada a saber donde pararse y qué hacer, de última, sigue siendo un cerro con acceso bastante público.
Felicito a quienes laburaron y sobre todo a quienes lo disfrutan sumando y ojalá puedan educar a quienes restan y se creen los dueños de los trillos.
En una buena lo digo, porque me quedó atragantado y dejaron un gusto amargo a quienes me acompañaban.