Hace un par de años, yendo para el Cerro llegué tarde a Plaza Cuba y me perdí la salida del grupo. En el camino me encontré con un grupo de gente de DH de lo más pintoresco: sin el uniforme de lycra negro y amarillo, los flacos iban de vaquero, camisa y botas, muy pocos llevaban casco. Bicis había de todo un poco, un par de dobles, un montón de Avalanches y no me acuerdo que más, pero sí me acuerdo de un flaco que estaba en una cosa que no pude reconocerle marca alguna. Hice 10 km al lado del loco y no pude adivinar de qué marca había sido ese cuadro, ni mucho menos las ruedas ni nada de lo que tenía puesto. Lo más cómico es que tenía los dos v-brakes abiertos, rotos. Totalmente sin frenos.
Cuando finalmente llegamos arriba y nos tiramos para abajo no me pude enterar cómo hizo para frenar, porque el loco se mandó como los bomberos y yo obviamente fui amasijando mis frenos todo el rato. Después nos reencontramos abajo... cómo se divirtió ese cristiano toda la tarde con su bici sin frenos
Los que se mandan para abajo de verdad igual lo hacen con cualquier porquería me da la impresión

La habilidad está en ellos y no en la bici. En la disposición a darte contra un árbol y tener que esperar a que te vuelvan a implantar los dientes.
Lo que le va a pasar a esa bici es que la vas a moler... cuando caigas pesado un par de veces, los metales se van a empezar a doblar. Los aros se van a deformar, si hay alguna soldadura mala en el cuadro es posible que falle, el cuadro se va a deformar, etc. etc... pero ojo, si caes mal rompés cualquier bici también.