Hidratación. Buen artículo en El Pais de hoy domingo 1º diciembre

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22 Jul 2012
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Fue en la edición 2002 de la prestigiosa Maratón de Boston (Estados Unidos). Cynthia Lucero, una corredora de 28 años, colapsó en plena carrera y murió. El doctor Arthur Siegel, del hospital McLean, dijo en ese entonces: "De una cosa buena, uno puede tener demasiado". Lucero había tomado demasiada agua; tanto, que se intoxicó al tener el sodio demasiado diluido en la sangre.


En épocas en que sube la temperatura y los corredores de temporada comienzan a pulular, es bueno tener en cuenta que tan nocivo como la deshidratación es la hiperhidratación. Sí, se puede tomar demasiada agua; y no hay ningún argumento científico serio que diga que beber, podría decirse, "por las dudas", es beneficioso. "Hay que hidratarse a conciencia y a demanda", señala Julio Litwin, exdirector del Instituto Superior de Educación Física, docente retirado de vasta trayectoria. "El cuerpo es muy inteligente, te manda señales. Ahora que somos demasiado `civilizados` hemos perdido el instinto para muchas cosas", agrega.


Traducción: beber cuando se tenga sed, por más que desde el mundo de las bebidas hidratantes se bombardee con sugerencias de tomar dos, tres o más litros durante el ejercicio aunque no se tenga sed, es algo fustigado por todos los especialistas. Internacionalmente, el reconocido cirujano cardiovascular español Juan José Rufilanchas Sánchez, entrevistado en Radio Nacional de España, ya había denunciado en 2006: "Hay una campaña de marketing muy importante para que todos bebamos agua, y seguramente llenemos los bolsillos de empresarios que no conocemos: y, segundo, el `fenómeno` del estar bien".


Los expertos señalan que no hay ningún volumen mágico de líquido que garantice una óptima hidratación, sino que depende del peso del individuo, del calor reinante y del esfuerzo a realizarse. También coinciden que el agua es mejor que las bebidas isotónicas.


Tema de peso.
"Es muy difícil establecer una cantidad exacta; gente de mayor peso va a precisar más agua", sostiene el doctor Alfredo Rienzi, especialista en Medicina del Deporte y en Fisiología del Ejercicio. "Lo que sí se puede sugerir es que un par de horas antes de una actividad más o menos intensa, conviene tomar un medio litro de agua. Durante ella, cada 15 o 20 minutos tomar un poco más". El propio cuerpo, dice, irá diciendo cuánto sería ese "poco más". Litwin opina en la misma sintonía. "Hay que tener conciencia y pensar, sobre todo si se va a salir en un día muy cálido, de tomar algo antes y llevar algo para rehidratarse durante el ejercicio". Este docente de educación física también rechaza los volúmenes prefijados.




Lo ideal, añade Rienzi, es tener en cuenta el peso antes y después del ejercicio, para saber exactamente cuánto fue la pérdida de agua que hubo. "En un momento se decía que había que reponer el líquido aunque no tuvieras sed. Ahora se sabe que es un error. Ya algunos científicos se preguntaban sobre lo extraño de que, siendo el organismo tan perfecto en toda su ingeniería, no alertara sobre la necesidad de rehidratarse".


Los expertos recuerdan que, ante los apologetas de la hidratación constante so riesgo de secarse como pasas de uva, que aproximadamente el 70% del cuerpo humano es agua.


Sodio.
No respetar la sensación de sed puede derivar en una hiperhidratación, algo potencialmente peligroso. "El sistema cardiovascular debe manejar el alto volumen de líquido que hay en el organismo. El corazón lo tiene que bombear, es un esfuerzo muy grande", indica Rienzi. El exceso de agua, además, puede generar hiponatremia. Esto es, la disminución de la cantidad de sodio en la sangre. "Eso puede llevar a un edema cerebral que puede causar la muerte", dice este médico.


Si bien las bebidas isotónicas suelen tener cantidades adecuadas de hidratos de carbono y sales minerales, tanto Rienzi como Litwin sostienen que el agua es la mejor hidratación. "En caso de excesivo calor, en verano, es bueno agregarle al agua una pizquita (menos que una cucharadita) de sal de sodio", recomienda este médico.


Sodio demasiado diluido
La hiponatremia se produce cuando la presencia del sodio en la sangre es menor a 135 milomoles por litro. Por menos de 125, ya pueden experimentarse síntomas como temblores, pérdida de memoria, confusión espacio-temporal, colapso y, eventualmente, muerte. En la Maratón de Boston 2002 , la misma en la que murió Cynthia Lucero, el 13% de los competidores analizados tenía hiponatremia.
 
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5 Ene 2014
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Realmente muy bueno para tener en cuenta, con la salud no se jode y esto realmente es muy importante. Slds
 
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