Primero que nada hay que agradecer a la gente de Minas Todo Terreno.
Lamentablemente el circuito es imposible de hacer en estas condiciones.
Todo era hojas, ramas, troncos, piedras mojadas y barro, la adherencia era prácticamente nula lo cual hacía que la bicicleta fuera completamente incontrolable.
Muchas subidas había que hacerlas a pie porque por la inclinación y la nula adherencia de la rueda, hacía que la rueda girara en vacío e incluso que la bici se fuera para atrás a pesar de tener clavados ambos frenos.
En las bajadas la misma historia, los frenos solo servían para corregir un poco la rueda de atrás, porque frenar era imposible, las ruedas serguían de largo.
En una bajada muy empinada, que ya conocía fui frenando desde arriba para evitar agarrar velocidad y después salir del circuito en una de las partes más feas.
Llegué a un punto límite en la bajada, donde las ruedas no tenían adherencia alguna, patinaban como si nada y se me venía como un barranco encima, finalmente opté por largar completamente los frenos y por lo menos recuperar la dirección para no tener un accidente. Fue una situación muy apretada.
Al llegar al punto de partida, decidí no dar más vueltas porque era demasiado riesgo y no quiero tener un accidente ni lesionarme al santo botón.

La salida en si estuvo muy buena, pero el circuito en estas condiciones no es para nada disfrutable y es un verdadero peligro, no recomiendo hacerlo si el terreno está mojado.